17 octubre 2007

TALLER DEL MAESTRO

Hola Queridos Hermanos y amigos del Ministerio Luz de Vida, esta es una Reflexion del Tema que expuso nuestro querido hermano Heber Castro en el Congreso Juvenil en Renaico, el cual fue de tremenda bendicion para todos lo que participamos. Bueno esperamos que sea de bendicion para todos los que lo lean.







En el Taller del Maestro


“Y la vasija de barro que Él había hecho se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová diciendo:
¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en las manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Jeremías 18:4-6

Estar en el taller es la experiencia más bella y a la vez la más dolorosa…
Es un gran comienzo y el punto de partida de nuestra madurez y crecimiento en Dios.

Cuando necesitamos cariño, un abrazo, una palabra de aliento y no hay nadie, ni amigos, ni hermanos, ni familia, sólo tenemos nuestras rodillas y una fuerte necesidad de Dios, es cuando muchas cosas en nosotros mueren y se quiebran, y es entonces cuando este barro (que somos nosotros), comienza a hacerse dócil y flexible en sus manos. Esto nos indica que estamos entrando al Taller del Maestro.

Existe una enorme brecha entre lo que Dios pide de nosotros y nuestra realidad actual… ¿qué proceso puede acercarnos a ser más como Él?... el taller.


El primer paso que podemos dar para estar ahí es reconocer nuestras falencias, frustraciones y dolor, sólo así daremos entrada a la obra de Dios en nuestras vidas. Es a través de un trato íntimo y estrictamente personal con Él como nuestra naturaleza carente y falente adquiere el sello personal de Dios (su carácter).

En el contacto con sus manos, se quiebran nuestras estructuras, ideas y se transforman nuestras convicciones… pasamos de buscar nuestro propio bien y beneficio, a empaparnos con la voluntad perfecta de Dios, esa que nos hace menguar día a día.
Debido a lo potente de esta experiencia es que muchos cristianos se resisten a pasar por el taller, y prefieren “entretenerse” en diversiones mundanales y pasajeras, con lo cual lejos de significar un crecimiento y una solución a sus problemas, significa estar cada vez más atados y hundidos en nuestra naturaleza vil y pecaminosa.


¿Cuál es el desafío?, Dios no quiere solamente “maquillar” nuestras imperfecciones, quiere hacernos de nuevo. Para que la vasija llegue a ser útil y sea fiel al modelo ideado por su hacedor debe ser moldeada, modificada, y ¡debe pasar por el fuego! para que esos cambios sean consolidados y lleguen a ser duraderos.

Cuando estamos cansados de fallar y equivocarnos, de errar siempre en lo mismo, cuando reconocemos que desde nuestra naturaleza humana no servimos en el Reino de Dios (ni serviremos nunca), es cuando abrimos un enorme espacio para que el Maestro nos tome y nos moldee… pero para ello debe ser quebrada nuestra vanagloria y nuestro conformismo, enemigos evidentes del Pueblo de Dios en la actualidad.

¿Cuánto tiempo es necesario? ¿cuál es el diseño final? ¿cuánto nos dolerá?... sólo el Maestro lo sabe, y ni siquiera somos nosotros los indicados para recriminarle a Dios por ello… de echo todo parte por rendirse a SU VOLUNTAD. La vasija es del Maestro, Él la compró, ni si quiera es ella dueña de sí misma…

Por más problemas y dificultades que tengas, nada te podrá quitar el derecho a entrar al Taller y permanecer el tiempo que sea necesario, muchas veces somos nosotros mismos quienes nos resistimos a estar allí… ¿Por qué?... por miedo a lo desconocido, y básicamente porque para nadie es agradable reconocer que su vida no marcha como quisiera, que nuestra familia no es “una familia feliz”, que nuestro crecimiento en Dios se halla empantanado, etc. etc…

No hay opción, si ya no queremos ser los mismos, el único camino comienza en las manos del Maestro, no tengamos miedo ¡nuestra vida nunca será igual!, será cada vez mejor, porque podremos reflejar SU imagen de forma cada vez más nítida. Seremos cada vez menos nosotros y cada vez más Él (lo declaro con convicción).

No hay un lugar mejor para estar que no sea en sus manos. Él te espera, Dios anhela tener hijos que sean realmente sus servidores y no buscadores de su propia fama y vanagloria. Busca siervos sujetos a Él y a su voluntad…
Pero para seguir su voluntad y conocer sus designios, debemos tener una comunión íntima con Él, no se revelan los secretos más profundos a desconocidos…

¿Estás triste, desolado, frustrado?, no vivas esto sólo, Dios es dueño de tu vida entera y quiere tener dominio sobre TODAS las áreas de tu vida. Toda tu amargura se transformará en júbilo cuando veas que ya no eres el mismo, y te pareces cada vez más a tu Padre celestial. ¡Anímate!, no existen los casos perdidos para Dios, deja que se manifieste en tu vida con toda autoridad.

Levanta tu bandera blanca y dile ¡me rindo!, no puedo más, sólo Tú puedes hacerlo. Deja de luchar contra Él y únete en SU causa, verás como todo tu ser deja de ser igual…


Dios le bendiga
Hno. Heber Castro Jiménez

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